La cumbre escarlata es la película que supuso la vuelta del director mexicano Guillermo del Toro al género de terror. Después de El laberinto del Fauno, decidió cambiar de tercio y dedicarse a otros géneros (Hellboy 2 en 2008, Pacific Rim en 2013 y la serie The Strain del 2014 al 2017). Además también participó en la elaboración del guion de la trilogía del Hobbit por ejemplo.
Nueve años son muchos para que alguien que ama el terror. Y no me refiero al típico terror que busca el susto fácil, sino a ese que con una imagen es capaz de hacer temblar a la mente más imperturbable. Un miedo pesado y oscuro que se mete en tu cuerpo provocándote pesadillas sin sentido. Por que ese es el miedo que tanto le gusta a él.
En 2015 se estrenó La cumbre escarlata, una cinta con una duración de dos horas que nos lleva hasta una época victoriana con una historia siniestra acompañada de fantasmas. El propio director participó junto con Matthew Robbins en la creación del guion. Como curiosidad, este llegó a ser cambiado un total de 15 veces, y durante la grabación de la película, muchas escenas volvieron a variar resultando algo diferente a lo que habían escrito en un principio.
La cumbre escarlata: Un siniestro cuento victoriano.
La historia que nos trae Guillermo del Toro nos lleva a la época victoriana. Allí conoceremos a Edith Cushing (Mia Wasikowska), una delicada joven que pertenece a la alta sociedad que pretende convertirse en una escritora. Algo que no era fácil en aquel entonces para una mujer y más aun si la temática sobre la que escribes es el terror, como pasa con ella.
Su monótona vida cambiará cuando conozca a Thomas Sharpe (Tom Hiddleston), un noble inglés que viaja junto con su atractiva hermana Lucille (Jessica Chastain) buscando apoyo económico para sacar adelante un ambicioso proyecto.
El hombre no ha tenido suerte y no ha podido encontrar a nadie que quiera financiar su máquina para extraer arcilla roja de las tierras que tiene en su propiedad. Esta vez intentará convencer al padre de Edith, Carter Cushing (Jim Beaver) de que sea su benefactor.

Pero por algún motivo Carter no se fía del hombre. Cosa que no sucede con Edith que después de sufrir un duro golpe en su vida, acabará casándose con él y emprenderá una nueva vida que la llevará hasta la fantástica mansión que los Sharpe tienen en Inglaterra. Un lugar tenebroso, con un encanto sacado de un cuento oscuro. Rodeado de nieve que resplandece en contraste con el rojo de la arcilla que se oculta en su subsuelo.
Y así es como esta historia sobre las ambiciones de las personas, sean del tipo que sean, se entremezclan con fantasmas inquietantes que se manifiestan a Edith en cualquier lugar, pero en especial en la mansión que ahora habita.
Una sencilla historia que brilla por su puesta en escena.
Guillermo del Toro apuesta en La cumbre escarlata por crear una atmósfera intrigante y fascinante que mantendrá la atención del espectador aunque detrás de ella haya una historia que es predecible y simple. La mansión de los Sharpe es un personaje más de esta historia. Con su majestuosidad y ese enfoque turbio se convierte en parte muy importante de toda la historia.
Nos encontraremos con una ambientación muy bien lograda que hace que sientas que estás en esa época. Todo ello envuelto de ese terror implícito que no necesita de sustos ni sangre para que sientas un escalofrío al verlo. La misma casa en sí nos hace sentirnos con el corazón en vilo con esas habitaciones misteriosas y ese ascensor de hierro.

A aumentar ese sentimiento de inquietud también colabora Lucille, una mujer áspera y muy fría que nos hace pensar en que oculta algo nada más verla. Mientras que Thomas nos enseña un lado más humano, su hermana se muestra lejana. Y en medio de ambos tenemos la candidez de la joven Edith mientras los fantasmas de la mansión empiezan a comunicarse con ella de forma espeluznante.
Si tuviéramos que ponerle un punto negativo a La cumbre escarlata, sería por la historia que nos cuenta. Se queda pequeña ante todos los medios que se han utilizado para crear ese ambiente decadente y misterioso. Todo menos ella resalta en la película, con una banda sonora y una fotografía impecable que contribuyen a que disfrutes de una puesta en escena a la altura de su director.
Curiosidades de La cumbre escarlata.
- La mansión de los Sharpe no existe realmente. Todo es un enorme decorado que se montó especialmente para su rodaje y que después de desmontó. Algunas escenas de la misma se complementaron con CGI.
- En un principio, los papeles protagonistas eran para Benedict Cumberbatch y Emma Stone, pero por problemas de agenda ambos tuvieron que rechazar la oferta. Entonces Del Toro, ofreció el papel de Edith a Jessica Chantain que después de leer el guion dijo preferir ser Lucille por ser un personaje con más tonos emocionales y más atractivo a la hora de representar.
- El tema central de La cumbre escarlata está compuesto por el mismísimo director. Jessica no sabía tocar el piano y aprendió como interpretar esa pieza solamente para poder rodar las escenas donde ella aparece tocándolo. Curiosamente le sucedió algo parecido en Mamá donde la joven tuvo que aprender a tocar la guitarra y que fue producida por Guillermo del Toro.
- Tom Hiddleston le dijo a Jessica que el guion de La cumbre escarlata le había resultado aterrador cuando lo leyó.
- La escena del baile con la vela es real. Ambos bailaron y la vela se mantuvo encendida hasta el final.
- Se hicieron dos escalas de algunos de los muebles. Con eso se pretendía empequeñecer a los actores o agrandarlos en según qué escenas.
- El rodaje de la película se terminó a finales del 2014, pero Universal quería estrenar La cumbre escarlata en Halloween por lo que su estreno tuvo que esperar casi un año para que coincidiera con esa fecha.
- El guion de la película se escribió en 2006, pero no se empezó a trabajar en este proyecto hasta casi siete años después.
- La cumbre escarlata contó con un presupuesto de aproximadamente 55 millones de USD y logró recaudar en todo el mundo unos 75 millones de USD, de los cuales 31 millones correspondieron a las taquillas de Estados Unidos y Canadá.