Ya tenemos disponible en HBO Max el cuarto y último episodio de La chica de antes. Por fin vamos a descubrir qué le sucedió realmente a Emma y si Edwards, el principal sospechoso de Jane, tuvo algo que ver con su trágico final.
En el episodio número tres de La chica de antes, vimos como ambas protagonistas se enfrentaron a esa situación adversa que les hizo buscar un nuevo hogar para intentar empezar de cero olvidando el pasado. Parece que para poder pasar página tienen que cerrar esas heridas que quedaron abiertas sin curar.
Mientras Emma se enfrenta al descubrimiento de sus mentiras acerca de su agresión sexual, Jane descubre que no fue la culpable de la muerte prematura de su hija Isabel. Veremos como ambas sufren por ese pasado, sobre todo Emma que se encuentra sola mientras todo a su alrededor se desmorona y no tiene nada a lo que aferrarse.
Por su parte Jane tiene dudas sobre seguir adelante con el embarazado. Y esa duda se basa en que no sabe si Edward es culpable de la muerte de Emma. Por ese motivo empieza una investigación por su cuenta hablando con los que conocieron de cerca a la joven. Todos ello solo hace que acrecentar las dudas que tiene, y las palabras de la Carol, la psicóloga que atendía a Emma, le hacen temer por su vida.
Todos nuestros análisis de series contiene spoilers. El resto de nuestros artículos no tienen spoilers.
La chica de antes. Episodio 4 y final.
Romper con Edward
En este último episodio de La chica de antes seguimos con los paralelismos entre ambas jóvenes y su relación con Edward. En este vamos a ver como el arquitecto acabó con la relación con Jane (Gugu Mbatha-Raw) cuando esta empezó a actuar de una forma que él no esperaba. El no sabía la presión a la que la joven estaba sometida y solo veía que ella no era como antes.
Tras una conversación como Simon, Jane descubre que la casa es el mausoleo donde descansan los restos de la familia de Edward. Esto le hace recordar las palabras de Carol (Amanda Drew), donde le explicó que Edward revivía una y otra vez los momentos de su pasado y que para eso usó primero a Emma y ahora a ella.

Edward se presenta por sorpresa en casa de Jane y descubrirá el tríptico que la mujer ha hecho donde ha ido apuntando lo que averiguaba sobre Emma. En el centro del mismo, el arquitecto verá su foto. Esto confunde a Edward que no entiende como Jane ha podido obsesionarse con Emma de ese modo, aunque reconoce que a él le sucedió lo mismo. Y cuando se enfadará de verdad, será cuando ella le diga que está esperando un hijo suyo.
Pero Jane no es Emma (Jessica Plummer), y mientras la segunda permaneció en silencio soportando los reproches de Edward, Jane le devolverá las acusaciones con otras de igual calibre. Por lo que volveremos a ver la diferencia de carácter entre ambas mujeres. Jane demuestra que es una mujer segura de sí misma y que no está dispuesta a que la pisoteen. Mientras Emma es más insegura y le cuesta confiar, por eso carga en solitario con el secreto que le está destruyendo la vida.
Más dudas
Jane sigue con sus investigaciones y esta vez le toca el turno al socio de Edward. Ella misma presenció una discusión que ambos tuvieron y por eso no dudó en buscarlo para saber más. En esa breve conversación, Jane descubrió la obsesiva relación que el arquitecto tiene con el orden, y como esta le llevó a derribar una pared de la casa de Folgate 1. Con tan mala suerte que detrás de ella se encontraban su mujer y su hijo.
Un accidente terrible que explicará su carácter duro y agresivo, así como su compulsividad de repetir el pasado del que no ha sabido salir por no perdonarse. Pero, ¿fue un accidente? Por las palabras de su socio podría tratarse de otra cosa. Jane siente como todo lo que piensa sobre Edward es más que posible.

Jane descubre que la casa que habita como inquilina está llena de cámaras que graban todo. De nuevo las dudas sobre Edward ( David Oyelowo) y sus intenciones aparecen, por lo que sin dudarlo va a visitarlo para decirle lo que ha descubierto. Aquí vemos de nuevo como la forma de actuar del arquitecto con ella no es tan violenta como lo fue con Emma.
El final
Sin duda los finales son una parte muy importante en toda trama. Hemos visto como muchos de esos no están a la altura de ella y acaban convirtiendo una gran historia en algo que olvidamos fácilmente, y viceversa. En el caso de La chica de antes nos llega de un modo inesperado. Siguiendo el mismo juego de mezclar presente y pasado, vemos como ambos empiezan a no cuadrar.
Jane llama a Simon (Ben Hardy) para que le ayude a quitar las cámaras de la casa y de paso se quedará a cenar. Como era de esperar el tema de conversación de la velada fue Edward y Jane. El joven le contará detalles a Jane que antes no habia mencionado mientras vamos viendo imágenes del pasado. Pero, algo está sucediendo. Lo que Simon cuenta empieza a no ser lo mismo que vemos en esos flashbacks.

El joven contará como Edward empezó a intimidar a Emma con una pintada roja en una pared de la casa que decía ‘vete’. Si pensamos lo escrupuloso que es el arquitecto con el orden y la limpieza esto no parece cuadrar mucho con su carácter. También presenciamos como Ray Nelson entró en la casa dispuesto a atacar a Emma. Y aquí volvemos a encontrar una incongruencia, por que ¿cómo pudo entrar en la casa sin pulsera ni reconocimiento facial? Y lo más raro, Simon estaba justo allí para salvarla de ese ataque.
Jane también empieza a sentirse incómoda con el joven cuyo rostro ha cambiado. Su insistencia en saber sobre la relación que mantiene con Edward empieza a ser molesta. Y cuando este la llama y Simon le impide contestar, todo empieza a tener sentido para ella.
Entremezcladas con esta escena vemos lo que realmente sucedió aquella noche fatídica. Simon estaba obsesionado con Emma, una obsesión que hacía que no entendiera como era posible que la joven prefiriera a Edward antes que a él. Incluso cuando ella le había contado el secreto que se ocultaba detrás de su abuso sexual, incluso cuando él había sido agresivo con ella… Emma prefería a Edward.
Simon no podía soportar que ella ya no lo viera como antes, y esa noche se peleó con ella con el resultado que todos conocemos. Emma calló por las escaleras y murió.

Mientras, Jane, ha descubierto que Simon no es en realidad ese chico amable y se siente en peligro. Así que en cuanto puede huye de él y se oculta en el armario que oculta el complejo sistema de Ama de llaves. Fuera el joven empieza a mezclar a Emma con Jane, hablándole como fuera ella. Tiene la idea de quemar la casa y para ello empieza a rociarla de gasolina.
Jane ve la oportunidad de poder huir, pero Simon la atrapa justo al pie de la escalera. Tras un pequeño forcejeo el joven cae por ellas y muere del mismo modo que su exnovia. Un final muy apropiado, y también esperado, pero que no decepciona.
Jane y Edward
Con toda la verdad descubierta, Jane se enfrenta con entereza a esta trágica situación, para ello contará con el apoyo de Edward. Ante el asombro de la mujer, él le perdona sus dudas y sospechas. Todo parece indicar que ambos van a retomar su relación y que La chica de antes termina con un final feliz de los dos juntos.
Pero lo que sucede no es eso, aunque es un final feliz. Jane cambiará de idea en la clínica donde ella y Edward han ido a que ella aborte. En ese momento se da cuenta de que Edward necesita ayuda. Así que le escribirá una carta donde le dice que ‘está atrapado en el pasado y no quiere quedarse allí con él‘. Por ello le dará la dirección de Carol, quien ella dice que la ayudará a superar sus problemas.
Y hay más en ese escrito, le explicará todo eso no es por Emma, que es por ella y por la chica de antes, una niña llamada Isabel. Entonces veremos como Emma regresa a casa para encontrarse con su hijo y lo abraza mientras mira un cuadro con el nombre de su hija nonata que tiene el corazón blanco de Emma sobre él.
En la última escena vemos como la casa vuelve a estar disponible para alquilar por un precio muy asequible siempre que se cumplan las condiciones de su dueño. Un final para terminar esta historia, que nos lleva al principio.