Netflix estrenó el 14 de mayo de 2021 La casa del miedo, una película destinada al público juvenil producida en Austria. Está basada en una novela de la escritora alemana Martina Wildner, la cual ha obtenido varios premios por sus novelas infantiles.
De esta manera, Netflix, ampliaba su catálogo para poder llegar a un público en el que no suele pensar a la hora de seleccionar sus novedades, pero parece que esta idea se ha estancado.
Sabemos que la plataforma de streaming está interesada en atraer a fans del anime y también al público adolescente, y esto lo podemos notar por la gran cantidad de series dirigidas a ellos que está estrenando últimamente: Tú no eres especial o Carnets falsos entre otras muchas.
La casa del miedo, no da miedo
Lo primero que pensar es que hay que tomar a La casa del miedo, como una película que sirve para introducir a los niños de entre 10 a 12 años en este tipo de género. Y lo hace de una manera suave, sin sustos ni sobresaltos y sin imágenes lo suficientemente fuertes como para provocar pesadillas en esas edades. De todos modos, a esas edades podrían asustarse con alguna pequeña cosa que vean en la película. Si tu hijo es muy impresionable, lo mejor es que no la vea todavía.
La casa del miedo no pretende asustar, es más una aventura para niños con referencias al mundo de lo oculto: fantasmas. No hay sangre y sólo nos encontramos con mucho maquillaje para conseguir el aspecto cadavérico de los habitantes del más allá de la casa.
La película empieza contándonos la historia que sucedió hace años en la casa, para poco a poco ir cambiando el tono hacia una especie de investigación con suspense, donde los protagonistas van encajando piezas hasta llegar al verdadero culpable.

Es una mezcla entre suspense e investigación desde un punto de vista muy light. Los razonamientos y pistas son muy sencillas y fáciles de predecir para los más adultos, que al igual que las situaciones en las que los jóvenes se ven envueltos para solucionar la trama. La cas está destinado para un público más joven. Todo ello con el único propósito de entretener a los pequeños de la casa, y a algún que otro mayor que la vea con ellos, ¿por qué no?
Muchos tópicos que funcionan muy bien.
La historia está llena de tópicos de las películas de terror para adultos. Lógicamente la película va sobre una casa embrujada, algo muy recurrente. Sabine es una viuda, que por motivos de trabajo se tiene que mudar junto a sus dos hijos Hendrik y Eddi, a una casita lejos de su ciudad natal.
Y nos encontramos con más tópicos en La casa del miedo. Hendrik es un adolescente al que no le gusta nada la idea de dejar atrás a sus amigos y pasar a vivir en un pueblo que apenas tiene cobertura de internet. Mientras que Eddi es el pequeño de la familia, entusiasmado con cualquier cambio y fan de las babosas.
Tenemos una chica en esta historia, Ida, una joven que ayudará a Hendrik a resolver el misterio que envuelve la casa en la que ahora viven. Y también tenemos ese toque de humor necesario para liberar el suspense de la mano de Fritz, un joven un poco friki que también ayudará con sus ideas a desenlazar la trama.

Los fantasmas que habitan la casa se manifestarán a través del pequeño Eddi, que empezará a caminar en sueños por la casa y a hablar en en otro idioma. Tras una serie de sucesos, los jóvenes empezarán una investigación para resolver el enigma que les irá poniendo por medio una serie de sospechosos muy sospechosos. Aunque todos sabemos desde el principio quién es el malo de la peli, ‘guiño-codo-guiño’.
En resumen:
La casa del miedo es una película juvenil, con un argumento recurrente en las películas destinadas al público adulto, pero sin esa carga terrorífica. De esas películas que buscas los fines de semana para ver con tus hijos mientras comes palomitas y pasáis un rato divertido en familia entre susto y susto, tratando de averiguar quién es el culpable de toda la historia. Una película para que puedan decir que han visto una ‘peli de miedo‘, y al mismo tiempo puedan dormir sin pesadillas.